Quizá lo más verdaderamente noticiable desde el punto de vista de los negocios audiovisuales puestos en internet, es que una gran compañía tradicional del sector aparece en público asumiendo una apuesta clara por la distribución digital. No hablamos de Telefónica, de Egeda o Sgae, una empresa de telecomunicaciones de talla mundial con estrategias muy detalladas en este espacio, y entidades de derechos que pueden jugar con mucho márgen de maniobra al tener ingresos que no responden de una lógica de mercado a la que están sometidas las empresas vamos a llamar normales. Y todo eso dejando claro que Filmax no es una empresa tímida, sino innovadora y que, con su peso en el mercado, ha venido desde hace tiempo acordando la cesión de sus derechos para distribución digital.
Yodecido.com se presenta como la primera empresa española que aglutina en un sólo portal cine, música, "televisión" (yo pongo las comillas deliberadamente, luego explico por qué) y red social. Tiene una oferta de más de 700 películas y más de 3 millones de canciones y cuenta con todos los modelos de negocio posibles: compra y alquiler basados en descarga y visionado por streaming. Por eso pongo comillas a la palabra "televisión", que es una buena forma de que mucha gente entienda lo que ocurre (o los medios de comunicación convencionales, a quienes veo muy despistados con los conceptos del video online y la distribución digital), pero que no es lo que entendemos por televisión últimamente: ADNStream es el proveedor del servicio y creo que todos los habituales de esta página ya saben de lo que estamos hablando.
Optar por integrar todas las fórmulas en un único espacio (en los pasillos averiguo que la ejecución de música en stream no se ha podido conseguir por los acuerdos tecnológicos de que disponen en este momento) me parece que tiene sentido por algunas razones: la compañía tiene datos de consumo de todas las fórmulas pues lleva tiempo cediendo sus derechos para este tipo de distribución con muchos agentes del mercado, luego sabe más o menos lo que puede dar de sí cada método. En segundo lugar, de la propia observación de esos datos se puede concluir que, negocio de verdad, no hay por el momento en ningún sitio. Las referencias internacionales son, sin embargo, motivo para otras conclusiones: streaming en abierto tiene éxito en Hulu, bajo suscripción en Netflix y la venta de descargas la tiene en iTunes. ¿Tratemos de ofrecer todos los formatos y el mercado nos dirá qué se impone?
Los archivos están protegidos con DRM (Microsoft) y han incluído sus propias funciones sociales (Camerino) con el fin de reunir otro elemento más del internet que hoy parece mandato reproducir. Mi sensación es que el mundo de la red no va a ser especialmente simpático con el servicio porque le va a recordar demasiado a Pixbox y cosas por el estilo y van a criticar la selección de títulos. Tampoco tiene el servicio el aspecto o la focalización habitual de lo que los emprendedores de internet harían. Añadamos que el márketing de una marca en internet es un proceso duro y difícil. También se va a decir que es bueno establecer estrategias de sindicación de vídeo y de acuerdos con las grandes redes sociales, MySpace, Facebook o Tuenti. Pero hay otra lectura.
Filmax apuesta porque la regulación que restrinja el acceso a redes P2P con archivos puestos a disposición del público, gratuitos y sin autorización previa por parte de los propietarios de derechos se instaure este año. Tiene fe en que se produzca un descenso de la denominada piratería notorio y que, por tanto, exista un entorno de seguridad jurídica en el que con protección de sus derechos se pueda desarrollar una actividad mercantil que, en el fondo, se responde al modelo tradicional: venta de copias por otras vías. Como saben, este es uno de los temas más sensibles para la opinión pública y entre los expertos de la red se discute si existe forma de parar el intercambio de archivos por muchas fórmulas que se inventen para impedirlo.
En el fondo, sea en Filmax sea en Hollywood, creo que todos tienen asumido que siempre va a ser imposible evitar que haya fórmulas para replicar archivos sin autorización previa y no deseados por sus creadores: los bits son libres, ya saben. Simultáneamente, servicios como Spotify, Yes.fm, la propia venta de canciones sin DRM de iTunes, Netflix, Hulu, o los muchos proyectos que basan el retorno del contenido en un diseño basado en la viralidad y la publicidad asociada, ponen en cuestión que los modelos de negocio que triunfen en la red se basen en la existencia de protecciones o en procedimientos complicados para su uso, como es el de la descarga, libre o "legalizada". Que publicidad y suscripción en modelos freemium, junto con diseños de contenidos patrocinados tienen más futuro que la venta de catálogo cambiando una cinta de vídeo por un archivo mucho más intangible.
Pase lo que pase, lo importante para una empresa es continuar innovando y adaptándose al mercado. Filmax nace de la distribución de cine, han sido innovadores en producción (produciendo terror para el mercado internacional desde España) y, como he dicho, han estado probando en internet su fondo de catálogo desde hace tiempo con varias empresas. Si Yodecido.com se consolida como una oferta puntera en el mercado español no me parece lo más importante. Me parece más importante todo lo que pueden aprender con ello. Dos tendencias de entretenimiento están emergiendo: una es el cine - y la televisión - en 3D, la otra es la conexión de los televisores a internet para el visionado de películas.
Son dos tendencias que requieren una masa crítica de hogares - y de salas de cine - para que alcancen un punto de maduración que permita amortizar la inversión en producción y adquisición de derechos. Quizá haya que añadir aquí otra tendencia no tan buena para ellos: que las grandes productoras internacionales se reserven los derechos de distribución digital para organizar su comercialización ellos mismos en todo el mundo (Hulu y Mundofox son suficiente alarma). Estos retos cambian las condiciones de supervivencia de una empresa cuyo modelo ha sido la adquisición de derechos audiovisuales en la era da la escasez. Las salidas son dos: o se crean nuevas condiciones de escasez (el 3D en salas) o se desarrollan nuevos modelos para productos en los que no hay escasez (coste marginal cero de la segunda copia). Seguramente, nada que no sepan. Me consta que son conscientes de las posibilidades que tiene el visionado de su producto en el televisor convencional.
Lo más duro del sector de la distribución de video online en español está siendo convencer a los productores de que pongan sus viejos catálogos repletos de polvo en una estantería a disposición del público en la red. La desconfianza por el destino final de sus archivos, la muchas veces injustificada visión de que se quema el producto para una mucho más que hipotética nueva venta a una televisión y, especialísimamente, el bajo retorno que ofrece la publicidad en estos momentos (que, en general, dificulta el pago de mínimos garantizados, la forma habitual de trabajo del sector) conduce a no experimentar. La dura ley de los contenidos, donde sólo unos pocos hacen dinero de verdad, sigue implicando que se gana más dinero con la explotación de un gran catálogo que con obras sueltas, una verdadera barrera para el pequeño productor.
La presencia en el mercado con voz propia de Filmax puede dar confianza a mucha gente para perder el miedo y estar presente. Para dejar que el contenido esté presente en la red, donde precisamente los contenidos raros y difíciles, bien gestionados, tienen un espacio para encontrar formas de explotación rentables: hay que sumar nichos. Julio Fernández, con toda su experiencia, recordó algo cierto en su presentación: que este "desorden" de negocio también se produjo con la introducción del video doméstico. En ese momento, sucedía lo que pasa ahora. Piratería y copias de baja calidad, catálogos poco atractivos en general disponibles de forma poco organizada y una corriente de público que encontró lo que quería: personalizar su consumo sin depender de la desaparición del mercado (cine, pase televisivo) de los productos que amaba. Y ya sabemos lo que sucedió: para el cine, los ingresos por video y DVD han sido una fuente esencial de ingresos para amortizar una película, muy por encima de las entradas de las salas.
Lo de ahora es otro paso de la personalización del consumo: ahora se va a tratar de disponer todo a un clic de distancia y sin tener que acumular y amontonar estanterías con cajas de plástico e incluso sin tener que estar pendiente de la vida útil de un disco duro. Nuestra mentalidad, hecha al coleccionismo y la acumulación de los años de la escasez, tiene difícil imaginarse un mundo donde no hay que tener miedo a la disponibilidad de algo en una nube y donde, como ya nos sucede con Google, no tenemos que guardar, sino que buscar o ver la recomendación de mis amigos, esa que ya existía antes de ir al cine hecha de boca a oído.
Pero como sucede en todos los cambios, hallar las estructuras de costes y encontrar los retornos lleva tiempo. El cine empezó siendo un negocio en el que no se pagaba por ver la película en una sala, sino que se pagaba por asomarse a un visor y se veía individualmente. La experiencia de la proyección a gran tamaño con tus amigos y otras personas alrededor se impuso y gente como Edison tuvo que salir del negocio. Es decir, la fábrica de sueños tuvo mucho tiempo de ensayo y error hasta que se consolidó de forma global y gigantesca. Lo importante, como decía López de Arriortúa, no es ser león o gacela (uno corre para comer, la otra para no ser comida), sino estar corriendo ya. Y Filmax está corriendo.
Fuente: La nueva industria audiovisual
Fuente: La nueva industria audiovisual
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